La construcción de la obra final se llevó a cabo en fases planificadas, destacando el uso del cemento como material principal. Este proceso, caracterizado por su paciencia y lenta evolución, se desarrolló de la siguiente manera:
Secado del Cemento (24 horas):
Se realizó la aplicación del cemento sobre la reproducción
tridimensional de la vulva, cuidando cada detalle. La espera de 24 horas fue
crucial para garantizar un secado completo y una base sólida para las
siguientes etapas.
Lijado en Agua:
Posterior al secado, la pieza fue sumergida en agua para
facilitar el proceso de lijado con lija al agua. Este paso fue esencial para
lograr un acabado pulido que resaltara la textura y los detalles de la obra.
Generación de Moldes de Cartón:
Se confeccionaron moldes de cartón para las estructuras que
soportarían la obra final. Este proceso implicó una cuidadosa planificación
para asegurar la estabilidad y cohesión visual de la instalación.
Las reproducciones de vulvas, previamente trabajadas, se
unieron a las estructuras de cartón. La elección de representar unas ruinas
llevó a un quiebre intencionado de la obra, generando la sensación de
decadencia y desintegración.
Acabado Brutalista:
La obra fue deliberadamente quebrada para resaltar un fuerte
estilo brutalista. Este enfoque buscó transmitir la sensación de que la
estructura se está desmoronando, reforzando el concepto de ruinas y opresión
social.
Orden y Diálogo entre las Obras:
Cada pieza fue cuidadosamente posicionada para lograr un
diálogo visual entre ellas. La representación conceptual de la vulnerabilidad y
la resistencia se manifestó en la disposición estratégica de las obras.
Este proceso constructivo, guiado por la
planificación y la exploración conceptual, sienta las bases para la culminación
del proyecto, dando vida a una obra que va más allá de lo físico, explorando la
intersección entre la anatomía, el arte y la expresión simbólica de una parte del cuerpo y exposicion personal.
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